domingo, 22 de marzo de 2009

Fax Privado

*Granier: la madre de todas las batallas

Los asuntos de la semana son varios.

El principal, para los tabasqueños, es el último round de la pelea que ha dado nuestro estado, con Andrés Granier a la cabeza desde un primer momento, porque la ya demasiado cacareada refinería que dice el actual gobierno que quiere construir, se ubique en Tabasco.

Hay que dejar muy en claro este asunto.

Desde el primer minuto luego de que Felipe Calderón anunciara el proyecto de la nueva refinería hace un año en Dos Bocas, el gobernador de Tabasco alzó la mano.

Fue el primero en decir: la mejor opción es Tabasco. Si la decisión es por razones técnicas y económicas, no hay mejor alternativa que Tabasco, lo dijo Granier desde entonces.

Y lo demostró.

El estudio realizado por el Colegio Nacional de Ingenieros Químicos disipa toda duda.

Con argumentación técnica, con cifras incontrovertibles, con un dictamen irrebatible, esta institución demuestra que el mejor lugar para instalar la refinería es Tabasco.

Y con toda oportunidad Andrés Granier se lo hizo saber a Pemex, a la Secretaría de Energía y a la presidencia de la república.

O sea: el Químico no va a ir a inventar nada al foro que se sacó Felipe Calderón de la manga.

En realidad, todo mundo sabe que esa refinería debería construirse en Tabasco.

Y por razones eminentemente técnicas y económicas, nada más.

Claro, que lo que el gobernador tabasqueño ha puesto como reclamo moral, es también de sumo valor.

México, nuestro México, tiene una enorme deuda de hermanos con Tabasco.

Este estado le ha dado al país, en los últimos cuarenta años, una riqueza incalculable.

En petróleo y gas, Tabasco le ha entregado al país algo así como 200 mil millones de pesos anuales…si: ¡200 mil millones de pesos anuales! desde hace cuarenta años.

Serían algo así como 8 billones de pesos.

O sea: a términos actuales, casi tres veces el presupuesto anual de la federación.

Con el gas y el petróleo de Tabasco, el gobierno federal ha construido carreteras, escuelas, presas, centrales eléctricas, universidades, aeropuertos, hospitales y un larguísimo etcétera.

No habría pues motivo de litigio ni de discusión.

Si el criterio fuera poner la refinería en la entidad que más lo merece, la decisión sería construirla en Tabasco, sin necesidad de foros absurdos ni de disquisiciones gratuitas y frívolas.

Pero si la deuda del país con Tabasco no fuera motivo -como no lo es en los hechos-, pues por razones “eminentemente técnicas y económicas” (palabra presidencial) no hay mejor opción que Tabasco, como está documentalmente demostrado.

LA ULTIMA Y NOS VAMOS

No quiero ser ave de mal agüero (¡Dios me libre!).

Y no quiero hacer aquí ningún vaticinio en base a la información clasificada que poseo.

Pero si debo adelantarles algo: la decisión no es ni técnica y ni económica.

No fundamentalmente.

No decisivamente.

No decisoriamente.

Sin embargo, es posible, existe aún la posibilidad, de que en su argumentación, Andrés Granier pueda revertir una decisión que ya estaría tomada.

De ahí la enorme importancia que para Tabasco tiene la batalla, la última batalla en esta causa, que Andrés Granier va a dar en el foro inventado por Felipe Calderón.

Tabasco puede aún demostrar, en boca de su gobernador, que la refinería debe instalarse aquí, si la decisión se atiene a los criterios asentados por el presidente.

Pero, si Granier lograra la hazaña, sería a costa de invalidar una decisión ya tomada y que no es favorable a Tabasco.

Por eso, hoy mas que nunca, debemos de juntar nuestra energía, nuestro karma y nuestras buenas vibras, para que Granier se nutra y pueda realizar una exposición brillante, inspirada e insuperable, y se traiga la refinería.

Lo que le puedo adelantar es que si la decisión es desfavorable para Tabasco, al culpa, la única culpa será del antiTabasco, del lopezobradorismo y de los hampones de la industria de la reclamación.

Los otros asuntos a analizar en la semana son las candidaturas a las diputaciones federales, el proceso electoral estatal, el fortalecimiento del IEPCT y la bronca que viene en el PRD.

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