Martes 5 de Mayo de 2009
* EN LAS TURBIAS AGUAS DE LA CONAGUA
Marx hablaba de “las aguas heladas del cálculo egoísta” cuando redactaba la interminable lista de los pecados del capitalismo.
Uno debe de referirse a las turbias aguas de la CONAGUA cuando se sumerge en esa cisterna inmensa de corrupción e ineficiencia que es esta dependencia.
Es necesario hacer acopio de objetividad a la hora en que nos proponemos, como es el caso, saber que es lo que ocurre con la CONAGUA.
No hay duda en que existe un problema, real y grave, entre esta dependencia y Tabasco.
Y digo Tabasco, porque la bronca de la Conagua es con todos los tabasqueños (bueno: casi todos: la excepción es el cartel tabasqueño de contratistas que, encabezados por Rubén Ferrer del Río, han prácticamente asaltado el presupuesto de la Conagua, asunto al que me referiré en próxima entrega) y no sólo con el ejecutivo estatal que encabeza Andrés Granier. Pero revisemos paso a paso las coordenadas del este asunto:
1.- Lo único que ha hecho Andrés Granier es exigirle a la Conagua que cumpla con los compromisos contraídos por el presidente Felipe Calderón.
El Programa Integral Contra Inundaciones (PICI), se convirtió en el Plan Hídrico para Tabasco, que el día en que esté terminado podrá mitigar considerablemente los efectos de una precipitación pluvial como se dio en octubre – noviembre del 2007.
2.- En la realización de ese proyecto, la participación de la Conagua es determinante. Pero en vez de ser la gran palanca para que el Plan Hídrico sea una realidad, la Conagua se ha convertido en el mayor obstáculo.
¿Cómo entender, para poner un ejemplo, que en el arranque del quinto mes del año, la Conagua no haya efectuado una sola licitación de las distintas obras a su cargo programadas y presupuestadas para el 2009?
3.- El retrazo de las obras en la compuerta del Macayo son una evidencia casi escandalosa de la ineficiencia que priva en la Conagua. El presidente Felipe Calderón envió a José Luis Luege Camargo, de la Semarnat a la Conagua con una consigna: que recuperara el organismo de manos de la corrupción y que lo volviera una dependencia eficiente. Pero lo que hizo luego resultó, como remedio, peor que la enfermedad. Para empezar, se desmanteló el área técnica de la dependencia, y en sustitución de esos técnicos hidráulicos con años de experiencia, se nombró a políticos de extracción panista, cuya ignorancia sobre la materia de la Conagua es total.
4.- Tabasco sigue siendo un buen ejemplo de ello. Se quitó a un técnico capacitado y experimentado como Luis Granados para poner en su lugar a Armando Padilla Herrera, totalmente inhabilitado para el cargo. Padilla Herrera, persona honrada, buen tabasqueño, había realizado una buena labor como delegado del Infonavit, un puesto que se acomodaba muy bien a su perfil. Luego compitió por la alcaldía de Centro, perdió y como premio de consolación se le dio la delegación de la Conagua. Pero de manejo del agua, no tenía la menor idea. Por eso Armando naufragó dolorosamente a las primeras de cambio cuando se nos vino encima el diluvio de noviembre – octubre del 2007.
5.- Una anécdota nos sirve de ejemplo: de los escasos técnicos reconocidos que quedan en la Conagua, es el ingeniero Antonio Dávila, Director nacional de Emergencias de la Dependencia. Hacía el 31 de octubre del 2007 el ingeniero Dávila sabía el peligro que se cernía sobre Tabasco. Sin cita previa voló a Tabasco y se presentó a las oficinas de la Conagua. Se anunció, pero Padilla Herrera lo hizo esperar cerca de una hora, porque “estaba en junta con sus asesores”, todos supinos ignorantes sobre la materia, como él. Al cabo recibió al ingeniero Dávila con un “¿Qué te trae por aquí, Toño?”. El ingeniero Dávila le expuso su preocupación por que ya previa y le sugirió a Padilla Herrera tomar medidas de inmediato. La respuesta de Armando lo dejó helado: “No´hombre, Toño, no te apures, ya lo tenemos todo resuelto, no pasa nada, vete tranquilo”.
Por supuesto, el ingeniero Dávila entendió de inmediato que estaba frente a un ignorante total, además de que el puesto había convertido a Armando en una persona arrogante. Lo demás es historia. Padilla Herrera fue corrido de mala manera de la Conagua y el ingeniero Dávila se hizo cargo de la delegación de la Conagua durante toda la contingencia. Pero el mal estaba hecho.
Esa es la realidad en la Conagua. Se desmanteló a un cuerpo eminentemente técnico para suplirlo con políticos corruptos, como el delegado actual de la dependencia en Tabasco, Omán Celin Kamukai Puga, todo un personajazo, como le vera usted.
En la Conagua de Luege Tamargo, no hay técnicos ni para elaborar las bases de las licitaciones.
A partir de ahí, ya va usted a ver lo que encontraremos.
lunes, 4 de mayo de 2009
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