lunes, 4 de mayo de 2009

FAX PRIVADO

Lunes 4 de MAyo de 2009
*OCASO DE LIDERAZGOS Y ESPLENDOR DE CHARLATANES

En días pasados, el periodista Ricardo Alemán le reclamaba al presidente Calderón el haber elegido el bajo perfil al afrontar la crisis causada por el ataque del virus de influenza humana.

El columnista señalaba que el desempeño del doctor José Ángel Córdoba ha sido impecable, irreprochable, pero que a la gente le gustaría sentir “el apapacho saludador y esperanzador” de su presidente.

Apunta alemán:

“El tamaño de la emergencia y la desazón social reclaman un presidente sensible, que además del trabajo de oficina baje a donde los mortales hacen de tripas corazón: susto, depresión, compras de pánico. Muchos esperan una voz de aliento, de esperanza, de ánimo. Además de serlo, un jefe de estado y de gobierno debe parecerlo. Pero aun más. Debe ser un líder. ¿Dónde está Calderón en la mayor emergencia de su primer tercio de gobierno”.

Es posible, casi seguro diría yo que Ricardo Alemán, un periodista muy perspicaz e inteligente, esté interpretando correctamente el sentimiento popular.

En estos momentos, el pueblo, la masa, quisiera que su gobernante se le convirtiera mágicamente en un líder.

¿Y porqué en situaciones de normalidad, pero sobre todo en situaciones extraordinarias, siempre el pueblo espera y desespera por un líder?

La respuesta, según Schopenhauer, C.S. Young y Norman O´Brown es que esa masa a la que llamamos pueblo o multitud, necesita siempre de un guía, un conductor, un caudillo, un líder.

Y esto es en circunstancias normales.

LA NECESIDAD DE LA MULTITUD

Lógico es que en una situación anormalmente riesgosa o peligrosa, esa necesidad del pópulo en un líder, se acentúe.

Esto así porque el liderazgo representa para la multitud esperanza, seguridad, confianza.

Norman O´Brawn lo sintetiza muy bien: “la masa anhela ser conducida por el líder porque eso le evita la responsabilidad de tomar decisiones y de elegir el rumbo y de distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo benéfico y lo perjudicial”.

Por eso, Rodrigo Borja identifica certeramente el vínculo poderoso que une a la multitud con el líder y a este con ella: la confianza. La plebe cree ciegamente en el líder, porque para eso lo ha erigido como tal: para creer en todo lo que él diga y para asumir, sin reflexión ni reserva alguna, sus decisiones.

Es muy posible pues, que Ricardo Alemán acierte en su diagnóstico: Felipe Calderón no ha sabido ser el líder que necesita este país en la circunstancia extraordinaria que vivimos como nación.

LOS GRANDES CHARLATANES

Lo peligroso de esto -y la historia moderna está llena de ejemplos, es que pueden brotar liderazgos fingidos, liderazgos negativos, liderazgos nefastos.

Stalin, Hitler, Mussolini, Perón, Fidel Castro, Isabel Perón, Mao, Hugo Chávez -y toda proporción guardada, López Obrador, son ejemplos elocuentes de liderazgos perversos.

Todos ellos tenían algunas de las cualidades intrínsecas que caracterizan al líder, pero lo que dominaba en todos era (y lo es en los aún vivos) la ambición de poder).

Todos los arriba citados tuvieron la habilidad para engatusar y hasta para hechizar a sus pueblos.

Y lo hacían concientemente, deliberadamente, con un solo fin: el poder absoluto. Fueron geniales charlatanes

SINCERIDAD Y GENEROSIDAD EN EL LIDER

Por eso debemos ser especialmente cautelosos cuando un ciudadano sobresaliente y que además es un formador de opinión como Ricardo Alemán, le pide al presidente que se convierta en líder.

Porque los genuinos liderazgos no se hacen sobre pedido.

En Tabasco tenemos un buen ejemplo de ello.

¿Quien puede discutir que Andrés Granier sea un líder?

Quizá no sea, en el sentido ortodoxo del término, un líder político.

De hecho no lo es.

Pero en su detención estricta, Granier es un líder de masas en situaciones que reclaman liderazgo.

Eso se demostró en las grandes inundaciones del 2007 y del 2008.

Si bien Granier ya había mostrado con sus candidaturas a la alcaldía y a la gubernatura que era capaz de derrumbar usos y costumbres al interior del PRI con la sola fuerza de la gente, al ganarle de manera inapelable la gubernatura a Andrés Manuel López Obrador y a Cesar Raúl Ojeda Zubieta Juntos, sus dotes de liderazgo salieron a relucir cuando Tabasco padeció la peor tragedia de la historia.

Y Granier fue el pilar y la gente le dio toda su fuerza.

Y se construyó un autentico liderazgo.

En suma: ¿es hora de buscar y de invocar a los nuevos liderazgos?

Tal vez. Y serán siempre bienvenidos. A condición que sean genuinos.

El verdadero, el gran líder, (Gandhi, Luther King, Lázaro Cárdenas, Mandela) es siempre sincero y generoso.

¿Buscamos juntos los nuevos líderes que necesita Tabasco?

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