VIENE LA MUERTE VISTIENDO MIL LLAMATIVOS COLORES
Así se inicia un popular corrido. Es la voz del pueblo que no le teme a la muerte, porque es una vieja conocida.
Cada dos de noviembre, recordamos a nuestros muertos, a todos los muertos. La conmemoración levanta altares en donde se colocan objetos y alimentos que eran los preferidos de los difuntos.
Las manos de los vivos tejen sueños de mil colores manifestados con las flores. Y las luces de cera, las velas, las veladoras, aseguran un camino iluminado para que nadie se pierda en el encuentro.
¡Ah! Muerte de mis huesitos, espérate otro ratito.
Mientras esa hora llega… ¡tomémonos otro traguito!
jueves, 29 de octubre de 2009
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