miércoles, 29 de abril de 2009

FAX PRIVADO

Miércoles 29 de Abril de 2009

*EL OTRO VIRUS


En medio de la contingencia sanitaria que vivimos en todo el país -y en el mundo entero, comprobamos, lastimosamente, que Tabasco padece un virus tan peligroso o más que el agente de la influenza porcina.

Ese virus es el de rencor y el salvajismo políticos.

Mire, aunque hasta ayer Tabasco no había reportado ni un solo caso positivo de influenza porcina, el gobierno que encabeza Andrés Granier tomó y está aplicando todas las medidas necesarias para presentarle una barrera que se quisiera invulnerable a la epidemia que ya ha causado, oficialmente, 153 muertes en el país.

Los tabasqueños, gobierno y sociedad, hemos entendido, con claridad y sin lugar a dudas, que en esta batalla contra la influenza, debemos actuar todos cómo un solo hombre.

Juntos, unidos todos, de manera concertada y estratégica tenemos que enfrentar la contingencia sanitaria.

No hay otra alternativa.

Entendemos, recurriendo al más elemental sentido común, que la salud de todos los tabasqueños, de todos, está por encima de cualquier otra consideración política o económica.

Ante una situación tal, deben quedar anuladas, al menos eventualmente, las diferencias políticas, las disputas partidistas, los enconos de la canallesca grilla del rencor y la sevicia.

Para asombro nuestro, no es así.

Una muestra artera de ello es el titular de portada del órgano de difusión del lopezobradorismo en la entidad, equívocamente llamado “la verdad” (necesariamente con minúsculas y entre comillas).

Por supuesto, un panfleto político no está obligado a la veracidad y a cumplir con una ética periodística.

Eso se entiende.

Pero si el asunto de la portada de ayer del panfleto de marras me llama la atención, es porque, efectivamente, me parece la expresión de un síntoma no por conocido menos aberrante.

En tanto Tabasco entero se dedica a luchar contra la más peligrosa epidemia que nos haya nunca amenazado, en el órgano de difusión del lopezobradorismo llaman a una “movilización contra el PRI y el gobierno”.

O sea: convocar a movilizaciones si no masivas (ya vimos que ni AMLO logra conjuntar a más de un ciento de seguidores) si al menos que conjunten equis número de personas, es sencillamente proponerse sabotear las medidas obligatorias dictadas por la contingencia sanitaria en Tabasco y en el país.

Se necesita odiar mucho, se requiere ser presa de la esquizofrenia política, para llamar a movilizaciones en la etapa más peligrosa de la epidemia.

Ese virus, el del rencor, la sordidez y la estulticia políticos, es tan peligroso o más, que el de influenza porcina.


LA PALABRA CUANDO NO DA VIDA, MATA


Otra muestra de la insidia política es la campaña desatada en algunos medios contra el Secretario de Gobierno, Humberto Mayans. Que acusen a Mayans de las más peregrinas acciones de perversidad política no es noticia. Es parte importante de una estrategia que se viene aplicando desde el primer momento en que inició el régimen de Andrés Granier.

Con la salvedad que no le han probado una sola de esas imputaciones.

Se entiende pues que las falsedades y la desinformación sean recurrentes entre los adversarios -o mejor dicho los enemigos del régimen.

Es, como apuntábamos líneas arriba, parte de la degradante política que practica en Tabasco -y en el resto del país el lopezobradorismo.

Pero todo tiene límites.

Y entre supuestos profesionales de la información, ese límite es la veracidad, límite que no se respeta.

El otro límite, debiera ser el del lenguaje.

La palabra es la onza de oro en manos del periodista.

De tal suerte, si la palabra es traicionada, si la palabra es envilecida, si la palabra es escupida esos supuestos informadores escupen para arriba.

El último vituperio contra Mayans es que, según la especie, que no aporta prueba alguna, opera una red de espías electorales.

Hasta ahí nada nuevo.

Inculpar sin prueba alguna es el pan de cada día en cierta “prensa” aquí en Tabasco.

Pero decir que ese inverosímil equipo de espías está comandado por un sicario de la secretaría de gobierno, es ya demasiado.

Un sicario es un asesino a sueldo.

Esa es una acusación no solo insensata, sino criminal.

Ah, pero cuánto informa sobre la miseria moral y ética de los redactores de la portada de marras.

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